La pérdida del empleo o la imposibilidad de encontrar uno durante meses ha hecho que la academia de oposiciones en Madrid centro se llene de personas de todas las edades que buscan prepararse para optar a una plaza de empleo público.

A pesar de que los recortes también han afectado a la oferta de empleo público, en Jurispericia siempre animamos a opositar porque es un esfuerzo que sirve para toda la vida. La seguridad de saber que siempre tendrás un empleo que, además, irá aumentando el salario con el paso del tiempo no sólo da seguridad en el factor laboral, sino también en el personal, ya que podremos invertir en una hipoteca o conseguir unos ahorros para hacer posible un viaje o capricho.

Para muchos, estudiar una oposición no es sólo un trabajo. Es desempeñar una función pública de servicio a tu país y al buen funcionamiento de las instituciones del Estado. Un motivo de orgullo para el que lo hace, y de prestigio de cara al exterior.

Pero, además, acudir a una academia de oposiciones en Madrid centro garantiza que tendrás las mismas oportunidades y que nadie te discriminará por razones de género. En una sociedad que alardea de igualdad, el mercado laboral sigue siendo un mundo en el que todavía no se destila por completo y siempre habrá puestos más proclives a hombres que a mujeres, y viceversa, algo que no ocurre en el sector público.

Por último, un funcionario siempre tiene delimitadas por ley sus funciones, que ha de ejecutar con rigor, profesionalidad y lo mejor posible, pero nunca tendrá que excederse en ellas, algo que hoy día es habitual en el sector privado.